Una cruenta guerra civil se produjo entre el 11 y 18 de enero de 1912, días antes de la muerte de Eloy Alfaro. Los liberales, liderados por el general Pedro Montero, incondicional del ex mandatario, fueron derrotados por el régimen del mandatario de entonces Carlos Freile Zaldumbide.
Alfaro, quien estaba exiliado en Panamá, regresó como mediador. Fue apresado en Guayaquil junto a Ulpiano Páez, Manuel Serrano, Flavio Alfaro, Medardo Alfaro y Luciano Coral, redactor de El Tiempo.
Montero se entregó después voluntariamente. Él fue único que fue juzgado en Guayaquil y condenado a 16 años de prisión. Pero la multitud congregada en la sala de audiencia protestó y un soldado lo mató con un disparo en la frente. Su cuerpo fue descuartizado, arrastrado e incinerado.
El entonces general Navarro trajo a los seis prisioneros desde Guayaquil a Quito para salvarlos, según dijo, ante la violenta muerte de Montero.
Con una bicicleta y una cámara, este Diario recorrió esas calles. Según historiadores, el caudillo fue asesinado en la celda del ex penal García Moreno. Allí, Alfaro junto a Flavio Alfaro, su sobrino; Medardo Alfaro, su hermano; Ulpiano Páez, general; Manuel Serrano, general; y Luciano Coral, periodista, fueron encerrados por minutos hasta que una poblada azuzada los asesinara, arrastrara e incinerara. La ruta está basada en el relato de Cristóbal Gangotena y Jijón, testigo de la época, y corresponde solo al arrastre de Alfaro y Páez. El resto fue conducido por rutas distintas hasta El Ejido.
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