Gilda Moreno Proaño. (Psicoterapeuta)

Las redes sociales como Facebook se han convertido en el mejor espacio para estar en contacto con nuestros amigos y familiares. Sin embargo ¿qué sucede cuando el entretenimiento se convierte en adicción?

La psicoterapeuta Gilda Moreno explica que hombres y mujeres pueden encontrar un mundo ideal, encerrado en un círculo irreal. ¿Entonces qué sucede? Se provoca una desintegración tanto de la familia como la sociedad.

En una sociedad donde la tecnología ocupa un lugar importante en nuestras vidas, la adicción a Facebook se presenta como un problema cada vez más frecuente. Moreno sostiene que las redes sociales se convierten en un caparazón que permiten decir y expresar situaciones, emociones y sentimientos que en ocasiones no son verdaderas, o que en la realidad no seríamos capaces de hacer.

Pasar varias horas frente al computador, dejando de lado la alimentación y evitando salir de casa son señales de alerta de una posible adicción “social”. El cerebro se va adaptando a la tecnología, lo que produce cambios a nivel biológico, psicológico, a nivel conductual-social. “La psiquis ya forma un espacio para la tecnología” explica la psicoterapeuta.

Los más jóvenes son la población más activa, pero también más vulnerable. Subir fotos con frecuencia y hacer comentarios constantes son parte de sus actividades en sitios como Facebook. Moreno sostiene que esta actitud se debe a su necesidad de ser aceptados por los demás, de ser populares para recibir a cambio un elogio, palabras bonitas que los hagan sentir bien, haciendo que su autoestima se eleve y hace que se sientan más seguros de si mismos.

¿Cuál es el papel que deben asumir los padres frente al uso de las redes sociales? Muchos padres no saben cómo actuar. Lo primero que hacen es prohibir a sus hijos acercarse a las redes sociales. Esto es inadecuado pues lo que se provoca es que se aumente esta conducta, señala Moreno.

Lo mejor es ofrecer a nuestros hijos actividades alternativas. Encuentros en familia y recreaciones fuera del hogar son buenas iniciativas para que los más jóvenes se sientan a gusto con los suyos, más que con los amigos “virtuales”.