Los rasguños de la vida se pueden ocultar con el maquillaje o tras una nariz de payaso o de clown. La mayoría muestra sus expresiones para sacar una sonrisa, una risa para romper la cotidianidad. A muchos ya no les gusta que les digan payasos, porque esa palabra se ha convertido en insulto. Otros creen que el oficio desaparecerá pronto por el entretenimiento electrónico.
El payaso y el clown se burlan de la sociedad, se ríen de sí mismos y no siempre están rodeados de alegrías.