El boliche, para investigar y recrearse

En el Área se busca proteger al páramo, al tiempo que se ofrece un sitio de distracción para los visitantes.

30 marzo 2014.

LLa protección de la cervicabra es una de las prioridades para los guardaparques y técnicos que trabajan en el Área Nacional de Recreación El Boliche. Se trata de un venado de color rojizo con tintes café oscuro y negro, y está en peligro de extinción.

El principal depredador de este animal ha sido el hombre. Es uno de los seres más asediados por los aficionados a la caza. El Boliche lleva este nombre por ser una formación natural en medio del bosque, similar a un plato hondo (boliche). Es un área de recreación que tiene un promedio de 600 visitantes por semana. En los fines de semana es muy concurrido por su cercanía con Machachi, Latacunga, o Quito.

Guisela Salguero, una de las técnicas del Ministerio del Ambiente, explica que desde el 2012 se aplica en la zona el Sistema de Manejo de Visitantes. La idea es distribuir adecuadamente la carga de turistas, para evitar que una presencia masiva cause daños, sobre todo en áreas frágiles. Sin embargo, hay quienes no respetan la naturaleza. Al caminar por el sendero Quishuar, es común encontrar troncos totalmente pelados de los yaguales (como se conoce en la zona al polylepis o árbol de papel).

Los turistas arrancan su delicada corteza, formada por varias láminas que protegen al tronco frente al frío o al fuego. El reto en El Boliche es equilibrar su faceta de área recreativa con los esfuerzos por conservar su biodiversidad.

Una especie emblemática. El venado de cola blanca es un típico habitante de los páramos de la región andina del Ecuador y en parte de la zona sur de la Costa. Se alimenta de especies vegetales como el suro y la achupalla. Se los puede ver en zonas planas y por lo general salen en pareja. Su población ha disminuido por la cacería.

Las caminatas.  Los visitantes pueden pasear por los senderos Quishuar (40 minutos) y Romerillos (hora y media). El primero lleva el nombre de un árbol sagrado de los incas. Se cree que si alguien de buenas intenciones lo abraza, el árbol se queda con las malas energías y la persona se lleva las buenas. Además hay una ruta para ciclear.

Las aves en el área. El gavilán variable es una especie emblemática de este lugar, pero además hay otras especies importantes como el gavilán dorsirojo, la torcaza, el mirlo, la sigcha y la tangara. Para apreciar a las aves en su vuelo es necesario hacer el recorrido en silencio. Con suerte, se podrá apreciar el vuelo de algún cóndor.

Especies escurridizas.El puma concolor y la cervicabra (venado mazama rufina) son dos de las especies emblemáticas. A estos animales no se los puede ver fácilmente. El puma es un felino solitario y territorialista que habita en las tres regiones continentales del país. La cervicabra es una especie amenazada, que vive en los páramos y que se alimenta de frutos y arbustos pequeños.

La estación del ferrocarril. Los fines de semana hay recorridos en tren desde Chimbacalle, en Quito, hacia El Boliche. Las personas pueden hacer un paseo de dos horas o comer platos típicos como borrego asado, en la cafetería de la comunidad de Romerillos. En el sitio hay una zona de acampar y cabañas de alquiler.

Alpacas de Perú, en el boliche. En el Área viven seis alpacas puras que llegaron por una donación del Ministerio de Agricultura. Forman parte de un programa para repoblar los páramos en el país con este tipo de camélidos. La idea es mejorar la calidad genética de estas especies. Otras alpacas y llamas recorren el bosque.

Ana María Carvajal. Redactora.
amcarvajal@elcomercio.com

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