16 Marzo 2014.

Una pareja de cóndores anida por estos días en la cara oriental del Iliniza Sur. Este pico y su vecino están en la ruta de la emblemática ave andina, que también abarca el Antisana, el Cotopaxi, el Sincholagua y el Rumiñahui.

El cóndor es parte de la rica biodiversidad de la Reserva Ecológica los Ilinizas, que tiene climas subtropicales y altoandinos. El cóndor es una de las pocas aves que planea en lugar de aletear. Su espectacular vuelo se puede apreciar al subir del parqueadero hacia el refugio.

Raúl Paz, administrador del área, explica que en la Reserva hay planes de manejo del cóndor, del oso de anteojos y del oso perezoso. La misión es cuidar su ­hábitat y proteger a estas especies, que junto a la danta, el loro orejiamarillo, el cedro, el canelo y la palma de cera están en peligro de extinción.

La Reserva es además una importante fuente de recursos hídricos para el país. Por ella pasan los ríos Toachi y Pilatón, que alimentan un proyecto hidroeléc­trico. Otra fuente de agua son los pajonales. Pero la proliferación del polylepis racemosa, una especie introducida, los ha puesto en riesgo. Esta planta es más arbustiva que el polylepis incana, que es endémica de la zona. Actualmente se está controlando su crecimiento.

Ana María Carvajal. Redactora

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