El aniversario de uno de los repositorios más importantes de Europa y el mundo se celebró albergando la muestra ‘Manifesta’
Cecilia Valdés Urrutia / El Mercurio, Chile. GDA (I) 19 Julio 2014
El Museo del Hermitage -ubicado en San Petersburgo- nació en tiempo de los zares y de sus lujosas aficiones: en este caso, de un profundo interés por el arte y la cultura de su tiempo. Pero su época de mayor esplendor la alcanzó luego de la revolución bolchevique, cuando el palacio se convirtió exclusivamente en museo.
“El Hermitage, nacido en 1764, es parte esencial de nuestra historia y es un símbolo nacional de Rusia”, subraya a Artes y Letras la historiadora rusa Olga Ulianova. Poseedor de uno de los mayores y mejores patrimonios de arte del mundo, “representa la apertura de la cultura rusa a Occidente, desde sus orígenes con el emperador Pedro I y luego con Catalina la Grande”, señala el historiador y arqueólogo Mikhail Piotrovsky, director del museo desde 1990.
El propio experto decidió celebrar ahora los 250 años del Hermitage con la Bienal de Arte Europea -más conocida como la ‘Manifesta’-, instalando en sus históricas salas las obras de los 50 artistas seleccionados para esta versión, como Gerhard Richter y Thomas Hirschorn.
“Se volvió a los orígenes, cuando Catalina la Grande era una ferviente amante y compradora del arte del momento”, precisa.
Pedro I y Catalina la Grande
La historia del Museo del Hermitage comenzó con el emperador Pedro I, el iniciador de la gran colección de arte. Él no solo abrió Rusia al Occidente en materia política, sino que abrió la cultura rusa a Occidente.
En ese momento -consigna Piotrovsky- llegaron las primeras grandes obras de arte occidentales. Pedro I adquirió, en 1712, el David y Goliat de Rembrandt y recibió de regalo Cristo en el juicio final. Además, fue coleccionista de monumentos de la antigüedad y piezas arqueológicas.
Pero es con la llegada al poder de Catalina la Grande que la búsqueda de grandes obras de arte toma un impulso especial.
Una de las primeras iniciativas de la emperatriz, instalada en el Palacio de Invierno, fue adquirir en Berlín una valiosa colección de 225 cuadros, la mayoría de pintores holandeses y flamencos. La riqueza del patrimonio del Palacio asombra a Europa. Es el mayor conjunto de arte privado del Viejo Continente. Catalina manda también a construir el Teatro del Hermitage. Ella escribía obra literaria, teatro y ópera.
Revolución y Guerra Mundial