Ecuador y Perú crearán la primera zona de biósfera binacional de América del Sur
tendencias@elcomercio.com Redacción Tendencias y EFE (I) 03 Abril 2016
Perú y Ecuador están trabajando para establecer una reserva de biósfera binacional. La iniciativa está impulsada por el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado de Perú (Sernanp) y el Ministerio del Ambiente ecuatoriano (MAE). La reserva binacional abarcaría los bosques secos de la Reserva de Biósfera Noroeste de Perú y la Reserva de Biósfera del Bosque Seco del Sur Andino de Ecuador, además del Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes, en el norte de Perú.
La iniciativa, según Francisco Prieto, director nacional de Biodiversidad del Ecuador, es que los dos países logren crear una zona con protección ambienta y, al mismo tiempo, un espacio en el cual se establezcan estrategias para un comercio, turismo y difusión cultural ecoamigables.
Según explica Prieto, la creación de la reserva de biósfera Ecuador-Perú implicaría que en este espacio la prioridad es la conservación medioambiental de las especies animales y vegetales. Al mismo tiempo, se implementaría un sistema de difusión cultural de los grupos sociales que habitan en estas zonas.
Dentro de la propuesta inicial para firmar el tratado que estaría listo a finales de año o inicios del próximo, según lo confirma el Ministerio del Ambiente- está la designación de 15 000 hectáreas del sur ecuatoriano para este propósito. Este territorio forma parte de la reserva de Biósfera de Bosque Seco del Suroccidente del Ecuador (inscrita en la Unesco en agosto del 2014), que cubre unas 500 000 hectáreas y en la que habitan más de 100 000 personas.
La zona ecuatoriana que formaría parte de la reserva binacional tiene una alta densidad de especies endémicas, sobre todo aves. El Ministerio del Ambiente ha registrado en el Bosque Seco “51 aves de rango restringido, 15 tipos de árboles y arbustos y tres de mamíferos, además de otras especies emblemáticas como el cocodrilo de Tumbes (Cocodrylus acutus) y el mono aullador de la Costa (Alouatta palliata)”.
Esta zona ha adquirido especial atención en los últimos años, gracias a que anualmente es el epicentro del florecimiento del guayacán (Tababuia chrysantha). Es por ello que Prieto mira este proyecto como una oportunidad para intercambiar datos científicos y técnicos sobre el territorio ecuatoriano y, al mismo tiempo, para construir planes de ecoturismo responsable con quienes viven aquí.
ElSernanp aún no ha delimitado el área del territorio peruano que efectivamente entraría a formar parte de la reserva binacional. Sin embargo, se sabe que este organismo tiene especial interés por dar a conocer sus programas de protección del manglar, una zona que posee en la frontera con el Ecuador.
Lo que implica la reserva
Si Ecuador y Perú firman el tratado para la creación de una reserva binacional, ambas naciones debieran implementar un programa de intercambio de conocimientos sobre sus políticas de conservación. Al mismo tiempo, explica Prieto, los países firmantes establecerían programas de asesoría científica con expertos de ambas partes para ampliar los modelos medioambientales de estos.
A escala mundial existen 651 reservas de biósfera, 122 de estas ubicadas en América Latina y el Caribe. 120 países de todo el planeta han firmado sus compromisos con la Unesco, para que estos espacios tengan especial atención por parte de sus gobiernos.
La bióloga Paulina Romero comenta que la alianza ecuatoriano-peruana abre un camino para pensar nuevos modelos de protección ambiental. Sin embargo, ella cree que el siguiente paso debería ser el cambio de denominación de reserva de biósfera por área protegida. De este modo, la conservación de la flora y fauna locales sería más efectiva.
La organización The Nature Conservancy afirma que “los bosques secos prestan servicios ecológicos muy importantes a sus habitantes, como la provisión de agua para consumo humano y actividades productivas, así como la provisión de materias primas para procesos productivos, por ejemplo la elaboración de artesanías de paja toquilla o tagua”. El resultado de análisis históricos a esta zona del Ecuador es que esta área ha sido habitada por humanos desde hace más de 8 000 años.
La planificación del proyecto de conservación binacional se dio en el marco del IV Congreso de Reservas de Biósfera, celebrado en marzo. Si se concreta, sería la primera en Sudamérica y una de las más importantes del mundo, por sus especies endémicas.