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Créditos

CRÉDITOS: Programación: Fernando Torres | Diseño y maquetación: Julio Arteaga

  • LOS DISCURSOS MÁS RECORDADOS

    Cuando Marlon Brando ganó el Oscar en 1972, por su actuación en ‘El Padrino’, él no se encontraba presente en la ceremonia de premiación sino que una activista por los derechos de los indígenas americanos, vestida con atuendo apache, subió al podio y con un gesto rechazó la estatuilla. Luego dijo que venía en representación de Brando para quejarse por el trato que los nativos americanos recibían por parte de la industria cinematográfica estadounidense.

  • LOS DISCURSOS MÁS RECORDADOS

    Michael Moore, director de ‘Bowling for Columbine’, recibió el premio al Mejor Documental en el 2003 invitando al resto de los nominados al escenario. Una vez que todos estuvieron allí, Moore lanzó una diatriba que dividió a los presentes. “Vivimos en tiempos ficticios, con elecciones ficticias, con un Presidente ficticio y estamos en una guerra ficticia (…)¡Qué vergüenza Sr. Bush!”. Las cámaras enfocaron a los invitados con sus rostros desencajados.

  • LOS DISCURSOS MÁS RECORDADOS

    Cuando Sophia Loren anunció que ‘La vida es bella’ se adjudicó el Oscar a la Mejor Película en Lengua Extranjera, en 1998, Roberto Benigni se subió a su butaca y comenzó a caminar entre los asientos de los invitados con los brazos en alto para luego pronunciar, exultante de felicidad, “este es un momento de alegría y quiero besarlos a todos (…) me siento saltando a un mar de felicidad”.

  • LOS DISCURSOS MÁS RECORDADOS

    Cuando Jack Palance, de 73 años, ganó el Oscar en 1992 por su rol en ‘City Slickers’, comenzó su discurso refiriéndose a su coestrella en la película, Billy Crystal, diciendo: “Defeco más grande que él”, ante las risas de los presentes. Luego se arrojó al suelo y comenzó a hacer flexiones con un solo brazo, lo cual desencadenó una ovación.

  • LOS DISCURSOS MÁS RECORDADOS

    El récord de los discursos más breves lo comparten Alfred Hitchcock, en 1971, el Oscar Honorífico por su trayectoria; y William Holden, por ‘Traidor en el infierno’ (1953). Ambos subieron al escenario, dijeron “gracias” y se retiraron.