Una final alemana se juega en Wembley

Redacción Elcomercio.com

El excelente momento que atraviesa el fútbol alemán se refleja en la final de la UEFA Champions League a jugarse el próximo sábado en el estadio de Wembley en Londres, Inglaterra.

La constante evolución del fútbol bávaro ya se vio reflejado en el Mundial de Sudáfrica 2010 pero necesitaba un momento cumbre con un título de alcance internacional como el que disputarán los finalistas Bayern Munich que tiene cuatro títulos (Desde 1974 hasta 1977 y en la temporada 1999-2000) mientras que el Borussia Dortmund posee uno, alcanzado en la temporada 1999-1997 del torneo más importante en territorio europeo.

A escala europea el último título alcanzado por un conjunto alemán, fue el de 2001 alcanzado precisamente por el Bayern Munich, cuando levantó ‘la orejona’. En cuanto al trabajo con selecciones, solo data la Eurocopa de 1996.

Los años de sequía de títulos para Alemania se combinan con autocríticas y el surgimiento de un nuevo estilo, más vistoso incluso que aquel mostrado por Alemania en épocas pasadas en donde predominaba la fuerza y que le dio éxito en algún momento.

"A veces también nosotros tenemos dificultades para explicar cómo en Alemania se pasó de jugar un fútbol horrible al fútbol que se juega ahora", sostuvo, en una reunión con la Asociación de la Prensa Extranjera, el director de la revista "11 Freunde" Philipp Köstner.

Los malos resultados cosechados tras el Mundial de Francia 1998 y la Eurocopa 2000 fueron decisivos en cuanto a la necesidad de cambiar muchas cosas en el andamiaje del fútbol alemán.

La dura eliminación en los cuartos de final ante Croacia en Francia 1998, supuso un hecho apocalíptico porque tan solo un año atrás el Borussia Dortmund y el Schalke04 habían conseguido una excelente temporada en la UEFA Champions League.


Pero las denominadas reformas, no empezaron sino hasta después de la Eurocopa 2004 en Portugal, donde Alemania no superó la fase de grupos y faltaban dos años para el Mundial que ellos serían los organizadores.

Así, uno de los elementos que influyó en esta renovación fue la obligación que se impuso a todos los clubes al respecto de crear centros de alto rendimiento para las categorías inferiores. Desde ese momento, surgieron jugadores como Thomas Müller, del Bayern Munich, o Mario Götze y Marco Reus, del Borussia Dortmund, quienes posiblemente hubieran tenido problemas para actuar en el equipo titular donde los entrenadores daban privilegio siempre a la fuerza más que a la habilidad.

Además, la discusión táctica que invitaba a la modernización del balompié tudesco fue otro de los elementos considerados claves en donde, entrenadores como Joachim Löw o Jürgen Klopp, primero desde el Maguncia y más tarde desde el Dortmund y también un veterano como Jupp Heynckes quien interrumpió su jubilación para entrenar al Bayer Leverkusen y terminar en el Munich actual, demostró una increíble capacidad de reinventarse.

No hay que olvidar al holandés Louis van Gaal, quien también contribuyó con su aporte en su paso por el Bayern. Heynckes supo combinar la posesión del balón agregando un plan cuando no se tiene el balón cuyo predominio es la marca a presión en todo el campo de juego, sistema indescifrable para el Bayern Munich durante dos temporadas implementado por Jürgen Klopp en el Borussia Dortmund.

Sin embargo, para jugar ese tipo de fútbol, se necesitaban algunas de las viejas virtudes alemanas como son la disciplina y la plenitud física, condiciones que las promulgó Jürgen Klinsman.
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