1. ¿Como sociedad somos más tolerantes con las demostraciones de afecto de las personas heterosexuales, en relación a personas de la comunidad GLBT?
No sólo somos una sociedad homófoba, sino también xenófoba y racista. No son odios aislados. Nos molesta todo lo que sea distinto al limitado esquema de afecto que tenemos de “la pareja heterosexual”. Nos sentimos con derecho de alzar la nariz ante parejas del mismo sexo, pero también biculturales, o frente a personas con discapacidad que se muestran sexuales. Si vemos una pareja de mujeres extranjeras que se demuestran afecto sentimos derecho de violentarlas. Como sociedad, nuestra idea del amor y el deseo no sólo es limitada, sino que está marcada por el odio, lo cual resulta irónico y lamentable.
1. ¿Como sociedad somos más tolerantes con las demostraciones de afecto de las personas heterosexuales, en relación a personas de la comunidad GLBT?
Culturalmente es así, no estoy diciendo que está bien. Lamentablemente, sí hay un tema cultural detrás, que sí tiene un cierto prejuicio de las parejas homosexuales en relación a las heterosexuales. Si se trata de una pareja heterosexual probablemente no sucedía, pero volvemos al argumento principal: el taxista está dando un servicio comercial y se puede reservar el derecho de admitir o no ciertas prácticas en su vehículo.
2. ¿Cuál es la diferencia del uso del espacio público de las minorías sexuales, en relación a los heterosexuales? Y también, ¿cuál es el prejuicio del uso del espacio público hacia los grupos GLBT?
Las mujeres enfrentan acoso sexual en la calle a diario. Las personas con discapacidad no pueden moverse de manera autónoma. Las parejas del mismo sexo deben llegar a espacios de confianza (ciertos clubes, casas de amigos) para sentirse a salvo de agresiones, pero en el trayecto puede pasarles cualquier cosa. La libertad de movilidad está restringida para la mayoría de la población, y en el caso de la población LGBT, el riesgo es perder la vida o ser agredidos por su aspecto o por expresar afecto a otra persona del mismo sexo. Todo esto está conectado. Tenemos que haber llegado a un nivel de violencia altísimo para saber que una persona puede ser golpeada por tomar de la mano a otra. Eso dice mucho de nuestra limitada idea de la convivencia en las ciudades y de nuestra escandalosa ignorancia, la del peor tipo, que es la que se niega a aprender o a reconsiderar.
2. ¿Cuál es la diferencia del uso del espacio público de las minorías sexuales, en relación a los heterosexuales? Y también, ¿cuál es el prejuicio del uso del espacio público hacia los grupos GLBT?
Es un tema cultural, sí existe un prejuicio. No existe un prejuicio legal. Todos somos iguales ante la ley. Es un tema cultural, va más allá del marco normativo. En Quito hay sitios determinados, hay espacios de ambiente. Creo que hay un espacio para todos. Si es que se reemplazara a la pareja de lesbianas por otra minoría, también habría dos miradas. Habemos personas que defendemos la propiedad privada. En el caso de una etnia distinta, el un lado hubiese alegado discriminación y el otro el tema de la propiedad privada.
3. ¿Crees que antes de reaccionar a favor de las jóvenes, se debió esperar a conocer la versión del taxista?
Todas las denuncias por agresiones deben ser escuchadas y jamás ignoradas. ¿Cuántas veces hemos encubierto violaciones, maltratos y vejaciones por dudar o por no querer ver? Dicho esto, creo que la empresa EasyTaxi debía investigar y no frenar las cosas con un demasiado fácil “hemos despedido al conductor”. De eso no sacamos nada. La medida no pasa de ser clientelar. Nos satisface ver sanciones pero no queremos comprometernos con procesos. ¿Van a capacitar en EasyTaxi contra la homofobia y otros odios? ¿Se desactivó la violencia homofóbica despidiendo al conductor? Eso sí, otros taxistas pensarán dos veces antes de discriminar a alguien. Pero por miedo, no por conciencia.
3. Ha defendido en redes sociales al taxi como un espacio privado. ¿Puede explicar este punto?
El taxi o el servicio de transporte de taxi, no así el transporte público, cumple un rol comercial. En el caso puntual, el taxista tenía una relación comercial con la compañía EasyTaxi, que es un gestor de las carreras. El carro le pertenece a Luis M. Es su propiedad privada, su bien mueble. El taxista tiene derecho a decidir quién se sube y en qué condiciones se sube. No veo un tema de discriminación en absoluto. Si bien dos hombres, dos mujeres o un hombre y mujer pueden besarse, deben respetar las mismas reglas que respetan todas las parejas. Segunda, el tema del orden público. No conocemos a detalle lo que paso. Se sabe que se estaban besando. Si se trata de un beso no creo que se violente el orden público, pero el taxista sí tiene derecho a decidir, en función a sus ideas o creencias, quién se sube a su taxi. El hecho de que EasyTaxi haya roto relación comercial con el taxista, por una opción que él tomó en base a su propiedad privada, me parece que es un poco excesivo.
4. ¿La acción del taxista es un acto de discriminación?
Si un conductor fue hostil a una pareja de mujeres por sus expresiones de afecto, es claro que cometió un acto de discriminación y esto se tiene que desactivar. El único recurso que tenemos es la sanción, no sabemos imaginar otros. Sin embargo, el acto de discriminación no se resuelve en la sanción porque no hay procesos ni una mínima reflexión. Me preocupa también que en estos hechos afloren cuestiones de clase. Leí que el conductor “no tiene el nivel cultural” para comprender lo que ha sucedido. Entonces se responde con espíritu de clase a una agresión homofóbica. Así se mueven las espirales de odio, es muy preocupante.
4. ¿Qué podrían alegar las afectadas?
Las jóvenes que denuncian este caso de discriminación están en su derecho de tener su relación y manifestarla públicamente siempre y cuando no contravenga el orden público. Legalmente podrían presentar una acción de protección en la corte constitucional alegando discriminación.
1. ¿Como sociedad somos más tolerantes con las demostraciones de afecto de las personas heterosexuales, en relación a personas de la comunidad GLBT?
No sólo somos una sociedad homófoba, sino también xenófoba y racista. No son odios aislados. Nos molesta todo lo que sea distinto al limitado esquema de afecto que tenemos de “la pareja heterosexual”. Nos sentimos con derecho de alzar la nariz ante parejas del mismo sexo, pero también biculturales, o frente a personas con discapacidad que se muestran sexuales. Si vemos una pareja de mujeres extranjeras que se demuestran afecto sentimos derecho de violentarlas. Como sociedad, nuestra idea del amor y el deseo no sólo es limitada, sino que está marcada por el odio, lo cual resulta irónico y lamentable.
1. ¿Como sociedad somos más tolerantes con las demostraciones de afecto de las personas heterosexuales, en relación a personas de la comunidad GLBT?
Culturalmente es así, no estoy diciendo que está bien. Lamentablemente, sí hay un tema cultural detrás, que sí tiene un cierto prejuicio de las parejas homosexuales en relación a las heterosexuales. Si se trata de una pareja heterosexual probablemente no sucedía, pero volvemos al argumento principal: el taxista está dando un servicio comercial y se puede reservar el derecho de admitir o no ciertas prácticas en su vehículo.
2. ¿Cuál es la diferencia del uso del espacio público de las minorías sexuales, en relación a los heterosexuales? Y también, ¿cuál es el prejuicio del uso del espacio público hacia los grupos GLBT?
Las mujeres enfrentan acoso sexual en la calle a diario. Las personas con discapacidad no pueden moverse de manera autónoma. Las parejas del mismo sexo deben llegar a espacios de confianza (ciertos clubes, casas de amigos) para sentirse a salvo de agresiones, pero en el trayecto puede pasarles cualquier cosa. La libertad de movilidad está restringida para la mayoría de la población, y en el caso de la población LGBT, el riesgo es perder la vida o ser agredidos por su aspecto o por expresar afecto a otra persona del mismo sexo. Todo esto está conectado. Tenemos que haber llegado a un nivel de violencia altísimo para saber que una persona puede ser golpeada por tomar de la mano a otra. Eso dice mucho de nuestra limitada idea de la convivencia en las ciudades y de nuestra escandalosa ignorancia, la del peor tipo, que es la que se niega a aprender o a reconsiderar.
2. ¿Cuál es la diferencia del uso del espacio público de las minorías sexuales, en relación a los heterosexuales? Y también, ¿cuál es el prejuicio del uso del espacio público hacia los grupos GLBT?
Es un tema cultural, sí existe un prejuicio. No existe un prejuicio legal. Todos somos iguales ante la ley. Es un tema cultural, va más allá del marco normativo. En Quito hay sitios determinados, hay espacios de ambiente. Creo que hay un espacio para todos. Si es que se reemplazara a la pareja de lesbianas por otra minoría, también habría dos miradas. Habemos personas que defendemos la propiedad privada. En el caso de una etnia distinta, el un lado hubiese alegado discriminación y el otro el tema de la propiedad privada.
3. ¿Crees que antes de reaccionar a favor de las jóvenes, se debió esperar a conocer la versión del taxista?
Todas las denuncias por agresiones deben ser escuchadas y jamás ignoradas. ¿Cuántas veces hemos encubierto violaciones, maltratos y vejaciones por dudar o por no querer ver? Dicho esto, creo que la empresa EasyTaxi debía investigar y no frenar las cosas con un demasiado fácil “hemos despedido al conductor”. De eso no sacamos nada. La medida no pasa de ser clientelar. Nos satisface ver sanciones pero no queremos comprometernos con procesos. ¿Van a capacitar en EasyTaxi contra la homofobia y otros odios? ¿Se desactivó la violencia homofóbica despidiendo al conductor? Eso sí, otros taxistas pensarán dos veces antes de discriminar a alguien. Pero por miedo, no por conciencia.
3. Ha defendido en redes sociales al taxi como un espacio privado. ¿Puede explicar este punto?
El taxi o el servicio de transporte de taxi, no así el transporte público, cumple un rol comercial. En el caso puntual, el taxista tenía una relación comercial con la compañía EasyTaxi, que es un gestor de las carreras. El carro le pertenece a Luis M. Es su propiedad privada, su bien mueble. El taxista tiene derecho a decidir quién se sube y en qué condiciones se sube. No veo un tema de discriminación en absoluto. Si bien dos hombres, dos mujeres o un hombre y mujer pueden besarse, deben respetar las mismas reglas que respetan todas las parejas. Segunda, el tema del orden público. No conocemos a detalle lo que paso. Se sabe que se estaban besando. Si se trata de un beso no creo que se violente el orden público, pero el taxista sí tiene derecho a decidir, en función a sus ideas o creencias, quién se sube a su taxi. El hecho de que EasyTaxi haya roto relación comercial con el taxista, por una opción que él tomó en base a su propiedad privada, me parece que es un poco excesivo.
4. ¿La acción del taxista es un acto de discriminación?
Si un conductor fue hostil a una pareja de mujeres por sus expresiones de afecto, es claro que cometió un acto de discriminación y esto se tiene que desactivar. El único recurso que tenemos es la sanción, no sabemos imaginar otros. Sin embargo, el acto de discriminación no se resuelve en la sanción porque no hay procesos ni una mínima reflexión. Me preocupa también que en estos hechos afloren cuestiones de clase. Leí que el conductor “no tiene el nivel cultural” para comprender lo que ha sucedido. Entonces se responde con espíritu de clase a una agresión homofóbica. Así se mueven las espirales de odio, es muy preocupante.
4. ¿Qué podrían alegar las afectadas?
Las jóvenes que denuncian este caso de discriminación están en su derecho de tener su relación y manifestarla públicamente siempre y cuando no contravenga el orden público. Legalmente podrían presentar una acción de protección en la corte constitucional alegando discriminación.