Yo sería marxista
si la sociedad humana estuviera compuesta de ángeles,
altruistas, generosos y desinteresados de las cosas materiales.
El socialismo cubano
tiene avances importantes,
su influencia en América Latina y en el mundo es innegable.
En Cuba aprendí muchísmo
y también me formé políticamente.
A partir de ver los abusos de un sistema
que reprime a las personas encaminé
mis creencias hasta hoy.
En todo proceso de cambio
hay confrontaciones,
hay luchas de intereses sociales.
Por ello, el régimen cubano
tenía que poner orden.
Fidel era muy suave en el trato personal
y sabía escuchar lo que se le planteaba,
eso no es común en los grandes líderes
Creo que en Cuba hay un déficit de respeto
a la pluralidad democrática.
Nunca he sido partidario del Partido Único.
Cuando llegué a Cuba,
yo pensaba que Fidel era lo máximo,
que el Che era lo máximo y me llevó
un par de meses darme cuenta de que no así.
No podemos hablar de presos y represión
sino de una lucha y un proceso de cambio.
Esta modificación social en Cuba sigue dándose.