LA CIENCIA DETRÁS DEL ROMANCE

12/02/2019

Imagina que un día cualquiera estás con tus amigos o tu familia y de repente alguien en medio de la multitud se destaca. Sientes ese ‘flechazo’ del que hablan las películas románticas.

Piensas: ‘me enamoré a primera vista’

¿Te ha pasado?

Pues, según la ciencia, el amor a primera vista no existe. Se trata en realidad de una atracción sexual. A la persona que observamos le agregamos características que nosotros consideramos positivas para hacerlas más agradables para nosotros.

Esta es parte de uno de los tres impulsos básicos para el apareamiento que tienen las personas. El primero es el impulso sexual o deseo, el segundo es el amor romántico y el tercero es la necesidad de establecer vínculos profundos con una pareja.

El deseo sexual

Es el que permite que un individuo pueda perpetuar la especie a través de la reproducción. En este proceso hay muchas hormonas que están implicadas como la testosterona y el estrógeno que se producen en los ovarios y testículos.

La neurobiología del amor romántico

El cerebro humano tiene una red llamada sistema de recompensa. Se trata de un conjunto de mecanismos que permiten asociar algunas situaciones, objetos o personas a una sensación de bienestar o placer.

En este sistema de recompensa se encuentra el núcleo caudado. Es una región en forma de C que se encuentra casi en el centro del cerebro. Es una de las partes más primitivas de este órgano.

¿Cuando estas con tu pareja, te sientes lleno de energía?

El cuerpo y la cola de este núcleo caudado son las que se vuelven muy activas cuando una persona ve a alguien que ama o le gusta.

En la activación de esta región cerebral interviene un neurotransmisor, una molécula que permite – como su nombre lo indica- transmitir la información de una neurona a otra.

Una persona enamorada también tiene una alta actividad en el Área Tegmental Ventral (VTA), un grupo de neuronas donde se genera la dopamina.

Las personas que están en esta fase se focalizan, se sienten llenos de energía y empiezan a experimentar sentimientos de euforia, además se puede ver un alto nivel de cortisol, por el estrés y ansiedad que también se presentan en el enamoramiento.

La necesidad de crear vínculos duraderos

Cuando la pareja estrecha su relación surge el apego. En este momento disminuye la dopamina y norepinefrina y aumenta la oxitocina y vasopresina.

Estas sustancias generan una sensación de seguridad y dan origen al amor estable. En esta etapa interviene con mayor actividad el hipotálamo y las gónadas.

¿Cuál de las 3 etapas es tu favorita?