Mirar
Es un detalle para regalar a la persona amada. Los puede enviar al lugar de trabajo, llevar a la casa. Puede ser el final de una tarde romántica con un café o un chocolate caliente.

Este pastelito es francés y es tan sencillo de hacer que se puede trabajar con niños para que regalen a sus padres, entre esposo o novios. Una sorpresa para decir “te quiero, eres importante en mi vida”.

Fotos: Cortesía

Comer
Ingredientes: 220 gramos de mantequilla derretida, 220 gramos de harina 7 gramos de polvo de hornear, 250 gramos de azúcar impalpable, 4 huevos, 1 vaina de vainilla o 1 cucharadita de esencia de vainilla, ¼ de cucharadita de sal.

Preparación: En el bowl de la batidora con el batidor de alambre, colocar los huevos, el azúcar y la esencia de vainilla o la vaina triturada. Mezclar hasta incorporar. Aquí, a diferencia de otras recetas, se debe evitar que se monten porque después no se formaría esa ‘pancita’ tan característica de las madeleines. Agregar los ingredientes secos también hasta incorporar. Terminar con la mantequilla derretida en forma de hilo para que la masa se vaya emulsionando. Refrigerar la masa hasta el día siguiente. Esta también es una de las claves para que se forme esa pancita. Precalentar el horno a 160 C o 325 F. Enmantequillar y enharinar el molde o ponerles spray. Hornear hasta que las veas doraditas. Al salir del horno, dejar que se enfríen y luego bañarlas en chocolate blanco y decorarlas a gusto. Se pueden comerlas tal como salen del horno, espolvorear azúcar impalpable o cubrirlas con chocolate.

Foto: Cortesía

Amar
Cristina Monge cuenta que aprendió a hacer los madeleins de vainilla en un curso en París, tierra del romance y la buena pastelería. Por eso es la sugerencia de Chokolat pastelería & café en Guayaquil para San Valentín.

Considera a este pastelito típico de París, algo ideal para el Día del Amor y la Amistad. “Puede ser un regalito”, dice. Su preparación es sencilla y es fácil de transportar. No es un pastel empalagoso o pesado y puede ser un buen remate para la cena del 14 de febrero. También es el compañero para una tarde de películas en pareja. Se puede acompañar con una taza de chocolate caliente, café y hasta un té.

Cristina trabaja con sus hermanas Verónica e Irene en la pastelería, cada una tiene su función. A lo mejor la cercanía de sus parientes y el recuerdo a París hacen que el madeleine sea uno de sus platos favoritos. “Es un detalle lindo para prepararlo en familia”.

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