Mirar
Es una mixtura de estas dos proteínas preparadas al estilo de la cocina oriental y oriente medio. El corte fino de la primera carne se sirve con un aspecto jugoso gracias a esa suerte de relleno que ha resultado de un tocino diseminado entre los finos espacios de la carne. 

Sobre su aspecto redondo resalta el aperitivo del mar, que lleva ligeros filamentos de cilantro. 

Este plato especial será el principal menú que el hotel Zaracay, en Santo Domingo de los Tsáchilas, ofrecerá para la fecha en honor a la amistad y los enamorados. El toque culinario es del chef colombiano José Dopacio, radicado hace tres años en la provincia Tsáchila. Su estilo está basado en la cocina moderna, que busca influir desde la primera impresión visual en el gusto de los comensales, es decir, venderlo desde lo estético.

Fotos: José Cuadrado para EL COMERCIO

Comer
En el paladar se siente el ligero toque salubre y después un poco amargo, que surge a medida que se va probando cada producto. Se lo sirve preferentemente en caliente para percibir ese humeante olor que emana la carne y el relleno que lo complementa.

Ingredientes: 200 gramos de lomo, 50 gramos de tocineta, 50 gramos de langostino, 120 gramos de papa, 30 gramos de zanahoria, 3 tomates cherry, 20 gramos de queso mozarela, 3 hojas de albahaca, 3 almendras, 5 onzas de aceite de oliva, 3 gotas de limón y sal al gusto

Preparación: El tipo de cocción es variable, pues depende del término que prefiera el consumidor a la hora de degustar el lomo. Puede ser medio, tres cuarto o rojo. El tiempo estimado para la preparación es de 25 minutos. En la cocina llama la atención la forma en la que se prepara el camarón. El producto se coloca a una alta temperatura dentro del aceite. La parrilla para la carne de res es preparada previamente, de tal manera que la braza alcance un aspecto excedido.

Foto: José Cuadrado para EL COMERCIO

Amar
El mensaje que lleva el chef José Dopacio con esta especialidad se relaciona con la ratificación del amor, cariño o una situación singular de una persona hacia otra. Es como la renovación de una demostración sentimental que parte de una analogía relacionada con una imposición de una corona en un contexto de novios, esposos o mejores amigos. Le demuestra que sigue vinculado o vinculada con él o ella.

El término coronado cumple con ese propósito. De hecho, su color está asociado con una corona real. Y el resto de la composición va ligada a la belleza del cuerpo, lo atesorado o ansiado que se torna, en este caso para estrechar los lazos sentimentales, explica Dopacio.

Foto: José Cuadrado para EL COMERCIO