En el piso 19 de la Torre Norte era el lugar de trabajo de Verónica. Todos los martes tenía reunión en otro de los pisos de la torre, pero aquel martes su jefa le pidió que se quedara unos minutos más para conversar con ella. En menos de 5 minutos, el edificio tembló.

“No hubo alarmas en el lugar, todos bajaban un poco tranquilos y ordenados, recuerda Hidalgo. Horas después de llegar a su casa en Manhatan no se dio cuenta que las torres se habían caído. Subió y miró en las noticias todo lo que había pasado. Ella estuvo en las torres, pero al ver por la televisión se dio cuenta de la magnitud del incidente. No lo creía.

A esta quiteña de 40 años actualmente le da miedo subir a edificios que tengan ventanas grandes y sean altos. Le pone nerviosa.

Vivió en Nueva York 18 años. A los 22 años se ganó una beca y viajó a estudiar Ingeniería de Sistemas en la Universidad de Columbia. Esta madre de dos niños: Sofía y Nicolás de 4 y 1 años respectivamente, regresó a Ecuador hace un año y medio por su familia y en Ecuador es Gerente de Producción de una empresa de Consultoría.

Esta ambateña fue madre de Giann Franco Gamboa, (26 años) es uno de los ecuatorianos fallecidos el 11S.

Giann trabajaba en el piso 107 de la Torre Sur. Durante 6 años fue manager de un café restaurant.

Marianita, como la llaman sus familiares, vivió 32 años en EE.UU. Giann Franco nació en EE.UU., pero a los ocho meses de nacido, su madre le trajo a Ecuador. Él regresó con su madre cuando tenía 17 años.

En el 2002 Marianita regresó luego del suceso de las torres gemelas. “Yo ya no tenía nada que hacer allá después del 11S. A mi hijo siempre lo tengo en mi mente, se fue con la bendición de Dios. Él era muy cristiano y andaba con su biblia”, recuerda Marianita.

Desde la terraza de un edificio de 7 pisos, Chediak presenció el atentado del 11S a pocas cuadras de la Zona Cero.

Este ecuatoriano, quien es director de fotografía, estaba en esa fecha en Nueva York por la grabación de una de sus películas.

Algo que Chediak lo recuerda muy claramente de ese día al momento que se cayó la primera torre, es el “Oh my God”, coreado por todas las personas que estaban en los diferentes edificios viendo como se quemaban las torres.

Para el ´Quique´, como lo llaman sus amistades, fue una impresión increíble ver como en menos de 10 minutos fue un destrozo total en una zona muy transitada y turística de Nueva York.

Desde su casa en Brooklyn, esta guayaquileña de 53 años vivió el suceso del 11 S. No estuvo en la zona cero aquel martes, pero el 14 de septiembre, tuvo una llamada de su jefe. Solicitaban personal para trabajar en los escombros de las torres gemelas.

Su turno de trabajo desde aquel vienes sería de 18:00 a 02:00. La remuneración USD 21,45 por hora. Esta madre soltera vive 16 años en EE.UU. y resalta que salió del Ecuador por la situación económica del país. Tiene tres hijos: Cesar, Orlando y Giovanna.

Actualmente no trabaja pero es voluntaria en algunas comunidades de ayuda. Isabel es una de los cientos de trabajadores que quedaron con problemas de salud por trabajar en los escombros de las torres gemelas. Tiene problemas gástricos, sinusitis, depresión y problemas en el hígado.

Anhela recibir en octubre el dinero ofrecido a los trabajadores de la zona cero, un dinero correspondiente a la Ley Zadroga. Aproximadamente USD 70 000.

Ella cuenta que en su labor en los escombros jamás encontraron personas. Limpiaban la zona afectaba, recogían los destrozos y ponían en bolsas negras.