frentirrojo
EL se aferra al bosque seco

El frentirrojo ecuatoriano difiere de sus parientes por el pico y las patas. Apenas 600 ejemplares existen en el país, está en peligro.

16 febrero 2014.

El plumaje de su cuerpo es verde y sus mejillas son amarillentas. Su pico es oscuro y tiene una corona azul. De perfil, desde la base de su pico y sobre su ojo se extiende una franja de plumas rojas que le dan el nombre de loro frentirrojo ecuatoriano.

Hasta el año pasado, se consideraba a esta ave como una subespecie de la familia Amazona autumnalis. De esa especie existen dos millones de ejemplares en tres subespecies, que habitan en Brasil, México y Centroamérica.
Sin embargo, un grupo de científicos del Chester Zoo, de Inglaterra descubrió que se trata de otro tipo debido a sus cambios genéticos. El pico y las patas del loro frentirrojo ecuatoriano difieren en tamaño y color al de sus parientes. Incluso, el plumaje rojo tiene más presencia en el ave ecuatoriana que en las otras.

Mark Pilgrim es el biólogo que lidera esta investigación, que comenzó hace 25 años, cuando trabajaba como cuidador en el Chester Zoo. Él es hoy el director de la organización y viajó a Ecuador a finales del año pasado para realizar un estudio de campo. A inicios de este año, estuvo de vuelta con su equipo.
Su lugar de estadía fue el Bosque Protector Cerro Blanco, en la vía a la Costa. Ahí observaron con largavistas a los loros frentirrojos. Tomaron muestras de sus plumas, analizaron su entorno y los fotografiaron en su hábitat natural.

El investigador explica que el frentirrojo divide su rutina entre el bosque seco y los manglares, hábitats que conviven en la Costa de Ecuador. El biólogo y veterinario Julio Baquerizo coincide con Pilgrim. Ambos explican que necesita de estos dos espacios: al manglar llega a dormir y en el bosque seco encuentra su alimento y suele anidar; aunque según observaciones de comuneros también anidaría en los manglares.

El problema principal es que se calcula que en el país existen apenas 600 ejemplares del loro frentirrojo. De ese total, unos 150 viven entre el Bosque Protector Cerro Blanco y los manglares de Puerto Hondo.
El riesgo crece ya que sus hábitats están en peligro por la deforestación, dice Baquerizo. Según el Libro Rojo de las Aves del Ecuador -en el que aparece como subespecie-, está categorizada como ‘en peligro’.

Según datos del ex Centro de Levantamientos Integrados de Recursos Naturales por Sensores Remotos (Clirsen), desde 1969 hasta el 2006 se perdieron 53 970 hectáreas de manglar en el perfil costero. Solo en Guayas se devastaron 40 800 hectáreas, en especial por la construcción de camaroneras. La deforestación también afectó al bosque seco. Se calcula que ocupaba 35% de la superficie del país (28 000 km2). Para 1999 se perdió un 50% de su extensión, indica un reporte del Ministerio del Ambiente.

El objetivo de Pilgrim y su equipo es que el Amazona autumnalis lilacina sea reconocido como una especie por separado y que se luche por su preservación. Él presentó los resultados de su investigación a Birdlife International, que clasifica a las especie dentro de la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

Eric Horstman es director de Fundación Pro Bosque, que maneja el Bosque Protector Cerro Blanco. Él asegura que trabajarán en conjunto con el equipo de Chester Zoo para continuar con las investigaciones que permitan conservarlo.
Otro refugio de esta ave está en la Fundación Jambelí, en la vía Guayaquil-Machala. Aquí realizaron una reproducción incidental de frentirrojos y tienen otros planes para estudiar su comportamiento.

Su directora, la bióloga Rafaela Orrantia, explica que se enfocan en captar individuos por medio de entregas voluntarias de personas que los tengan ilegalmente como mascotas, o a través de decomisos del Ministerio del Ambiente. Aprender más sobre la complejidad de su reproducción es uno de los objetivos, porque se caracteriza por ser monógama.

Thalíe Ponce. Redactora

thaliep@elcomercio.com

Las claves
Mark Pilgrim extrajo el ADN de las plumas y pudo ver diferencias en genes específicos, entre el frentirrojo y las subespecies del Amazona autumnalis.

La investigación también determinó diferencias en el comportamiento de cortejo de este loro.

El Chester Zoo está en el Reino Unido y cuenta con 12 ejemplares de loros frentirrojos ecuatorianos en estudios.

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