En Quito, el consumidor puede degustar la sazón y la comida tradicional de más de 20 países. Los precios oscilan entre USD 15 y 50 por persona.
En Quito las opciones gastronómicas internacionales permiten al comensal compartir la cultura y las costumbres de cada país. Y lo hacen, principalmente, a través de su comida.
Los alimentos preparados con arroz y coco, de Asia; papas, de Europa; azúcar y limón, del Caribe; el maíz y las carnes, de Sudamérica… han aterrizado en la mitad del mundo y sus precios oscilan entre USD 15 y 50 por persona. LÍDERES recorrió los principales sitios de comida extranjera, que se han instalado en la última década, en el centro y norte de Quito; y al menos hay una oferta de 20 países.
En estos sitios la atención se inicia al mediodía y termina pasadas las 22:00.
Kinam Kim, chef y propietario del restaurante coreano ‘Bon Ga’ (casa del abuelo, en español), en la av. Shyris y Tomás de Berlanga (norte), habla poco mientras sirve ‘galbi’ -un costillar de res asado, marinado en salsa de soya y ajonjolí-. Él considera que es necesario mantener un equilibrio entre comer y conversar, en el momento de sentarse a la mesa. Cuenta que decidió abrir este restaurante hace tres años, porque el consumidor es más selectivo a la hora de escoger comida asiática y no se conocía mucho de los platos coreanos.
En la mesa de la Bodeguita de Cuba las bandejas de ‘ropa vieja’ (carne mechada), ‘congris’ (arroz y fréjol) y ‘plátanos en tentación’ (cocinados en miel de panela), se sirven todos a la vez.
“Tras la revolución (1959), los habitantes de la isla aprendimos a ser más generosos. El sabor del ron con hierbabuena en un ‘mojito’ es el mejor acompañante”, dice Ana María Salas, chef y propietaria de este negocio, que abrió en 1993. El cubano, dice, no se desprende de la yuca, el fréjol, el arroz o el ajo, los alimentos indispensables en la mesa caribeña.
En este recorrido por la gastronomía internacional, a tres cuadras de la Bodeguita, el chef indio Muhammed Raj sugiere un ‘kashmir’. Se trata de un pan circular (‘pita’), relleno con coco rallado y crema de leche. Esa sugerencia la hace a dos universitarias que llegaron por primera vez a su restaurante Chandani Tandoori (Luz de luna), que está en Quito desde el año 2000.
En la av. Diego de Almagro y Francisco Andrade está la Casa Damián. Allí, la música flamenca acompaña al comensal mientras disfruta del chuletón de buey y la paella valenciana. Damián Montarelo, su chef, lleva 20 años en el país y explica que la pimienta roja, el aceite de oliva y el vino son indispensables en la gastronomía española.
En este recorrido, el consumidor puede ‘viajar’ de un continente a otro. Diana Krebs, del Kanpai (desde hace 11 años en la capital), explica que la comida japonesa prioriza el sabor del alimento principal antes que los aderezos. “Un bocado de salmón o atún debe mantener su sabor particular”.
La comida china también tiene sus particularidades, como lo señala Xavier Chujon, chef y dueño del restaurante Pekín. “Se caracteriza por su forma de cocción: el salteado”. Del Asia, el comensal puede aterrizar en Sudamérica. Las empanadas bolivianas Satuco (av. Eloy Alfaro y Bélgica), hornea 200 al día. El relleno es con caldo de patas, pollo o carne y se acompaña con picantes, dice Jorge Prado, su propietario.
Las opciones son tan amplias como el mapa adjunto que guía al cliente.