En un día en el bosque lluvioso del Yasuní se observan más mariposas que durante toda una vida en las zonas templadas de EE.UU.
23 febrero 2014.
Con sus alas blanquecinas casi transparentes aletean entre las ramas de los árboles, otras con sus tornasoladas alas vuelan por encima de los bosques. A la caída del sol aparecen con aspecto de búhos. Su infinidad de colores y el misterio que las envuelve las convierte en únicas: se trata de las mariposas. En todo el mundo estos pequeños invertebrados forman parte de seis familias y todas han hecho de la Reserva de la Biósfera Yasuní su hogar.
Pero paradójicamente no hay registro de cada una de las especies. Esto significa que no han sido descritas científicamente y no tienen nombre en su totalidad. Por especialistas que han investigado en Ecuador por más de una década se conoce que en este parque existen entre 1 200 y 1 400 especies y tan solo en una hectárea hay más que en todo EE.UU., donde existen 700 ejemplares.
En ‘Hadas Aladas del Yasuní’, una reciente publicación, su autora María Fernanda Checa, junta en una muestra fotográfica-con imágenes que reflejan el tamaño real de cada mariposa- a 344 especies de las tres familias más conocidas: Nymphalidae, Pieridae y Papilionidae.
A la par que hace una defensa apasionada de su hábitat y denuncia la desaparición de árboles, ríos, anfibios... (cada hora tres especies de animales, plantas u otros organismos se extinguen para siempre) permite descubrir el comportamiento y el aporte que hacen las mariposas, por ejemplo, son fuente de alimento, polinizan, detectan efectos del cambio de clima a corto plazo.
Entre las Nymphalidae están las más vistosas y grandes, pero también son de tonos cafés oscuros y pequeñas (alas de 1 cm). Las Pieridae combinan blanco, amarillo y negro. Este último color ayuda a subir la temperatura de su cuerpo. Las Papilionidae son grandes, tienen cola en las alas posteriores y cuando son larvas (antes de alcanzar la madurez) poseen unas estructuras detrás de la cabeza que botan un químico que ahuyenta a los depredadores. Al igual que las Pieridae tienen tres pares de patas, pero las Nymphalidae, solo dos, su primer par de patas se redujo, pero les sirve para oler. El cortejo y apareamiento son de los temas más atrayentes: las hembras invierten 80% de su tiempo buscando plantas idóneas donde dejar sus huevos, mientras los machos se pasan ideando estrategias para tener pareja y para esto usan sus llamativos colores y olores (feromonas).
El apareamiento no es cosa del azar, ellas solo copulan con uno de su especie, pero los prefieren con los colores más brillantes, porque reflejan vigor, competitividad y longevidad. Esto también indica su calidad y su capacidad de dar regalos nupciales, que sirven para vivir más y tener mayor descendencia. Son cápsulas con proteínas que el macho le transfiere en la cópula.
Pero los vistosos colores traen problemas a los machos, pues estos los hacen más visibles a sus enemigos. Mientras la coloración de la superficie dorsal les sirve para comunicarse con su potencial pareja, usan la ventral para su defensa. Esta parte tiene el color de las hojas u hojarasca para mimetizarse con el ambiente. Además, las de color amarillo y/o naranja, negro y blanco almacenan tóxicos, en tanto otras asumen esta coloración para pasar desapercibidas, pero no son dañinas. Otras causas de su extinción son la pérdida de hábitat natural y el cambio climático.
Redacción Sociedad.
Las claves
Las alas de las mariposas, su diseño y estructuras inspiran diseños de edificios, de materiales ópticos y sirven para nanotecnología. Junto con Perú y Colombia, Ecuador es el más diverso en mariposas. Sus nombres científicos tienen raíces latinas o griegas, que describen sus características. ‘Hadas Aladas del Yasuní’ es más que una guía para turistas y aficionados.