Pie de foto: En la foto: Carlos Bastidas Argüello (der) en la Sierra Maestra, Cuba, con el entonces líder del Ejército Rebelde, Fidel Castro. Foto: Radio Rebelde

Carlos Bastidas Argüello es el único periodista ecuatoriano que estuvo en Sierra Maestra en 1958. Él tuvo la oportunidad de entrevistar a Fidel Castro, Camilo Cienfuegos y otros personajes de la Revolución Cubana. Murió el 13 de mayo de 1958 en La Habana y es considerado un héroe en la Isla por ser el último periodista asesinado por la dictadura de Rubén Fulgencio Batista Zaldívar.

Bastidas Argüello llegó a Cuba a principios de marzo de 1958, con solo 23 años de edad fue el enviado por un Diario guayaquileño para cubrir los acontecimientos que vivía la Mayor islas de las Antillas. EL periodista nacido en Milagro tenía experiencia en cubrir las caídas de las dictaduras en Venezuela y Colombia, según el libro ‘Andanzas de Atahualpa Recio. Vida y pasión de un periodista ecuatoriano asesinado en La Habana’, del escritor cubano Juan Marrero.

El 13 de mayo de 1958, luego de que Carlos Bastidas había retornado de La Sierra Maestra y enviado sus artículos al medio ecuatoriano donde laboraba y un día antes de regresar a Ecuador, la dictadura de Batista decidió acabar con el periodista ecuatoriano, según las investigaciones del historiador ecuatoriano Germán Rodas Chaves.

Según los dos escritores, cuando Bastidas Argüello estuvo en la Sierra Maestra colaboró en las transmisiones radiales de la Radio Rebelde identificada como 7RR. En tales transmisiones el ecuatoriano utilizó un seudónimo. El escritor cubano Marrero asegura que Carlos Bastidas se hizo llamar ‘Atahualpa Recio’. Sin embargo Chaves Rodas ha encontrado en la historia de la Radio, escrita por el cubano Ricardo Martínez Victores, que el periodista ecuatoriano habría utilizado el nombre de Carlos Viva.

Pie de foto: En la foto: Martha López, viuda de Manuel Araujo, conserva el retrato de Fidel Castro en su casa. Foto: Sara Oñate/ El COMERCIO

Pie de foto: Manuel Araujo Hidalgo a la izquierda junto a Fidel Castro. Foto: Reproducción de foto, Patricio Terán

Martha López, viuda de Manuel Araujo, recuerda como si fuera ayer, el día que su esposo conoció a Fidel Castro. Ocurrió en 1961 cuando, por pedido del entonces presidente del Ecuador José María Velasco Ibarra, Araujo fue a Cuba para informarle al Comandante que Estados Unidos preparaba una invasión a la isla.

¿Cómo supo Velasco Ibarra que sucedería dicha invasión? Todo sucedió, comenta López, cuando el Canciller de Ecuador en Washington, José Chiriboga Villagómez, escuchó por los pasillos del departamento de Estado que el país del norte tenía preparada una invasión a Cuba para el mes de abril de 1961.

Chiriboga Villagómez, informó del hecho a Velasco Ibarra y él se encargó de enviar a Araujo hacia Cuba a prevenir a Fidel. “dígale que se defienda, que se defienda por el aire”, recuerda las palabras que el Presidente le había dicho a su esposo y que él las compartió con ella. “Era una revelación muy importante y así sucedió”, señala la viuda de Araujo. Del 15 al 19 de abril de 1961, Estados Unidos invadió Bahía de Cochinos, ubicada en la costa sur de Cuba.
Manuel Araujo se reunió con Fidel en el restaurante Río Cristal. Ahí le dio el mensaje de Velasco Ibarra. Ese fue el inicio de una estrecha amistad entre Araujo y el comandante Castro que duró más de cuatro décadas.

Los lazos de amistad se estrecharon cuando Manuel Araujo fue nombrado embajador de Ecuador en Cuba y vivió en La Habana durante cuatro años.Martha recuerda que Fidel solía visitar su residencia en La Habana, ahí pasaba largo tiempo conversando con Manuel. “Hablaban sobre todo de política, mi esposo era un gran admirador de la Revolución Cubana y por supuesto del Comandante Castro”, aseguró López.

Ella lo recuerda con mucha emoción y respecto. Agrega que Fidel es un hombre muy culto y de gran conversa.

Pie de foto: La amistad de aproximadamente 40 años entre el maestro Guayasamín y el Comandante Castro estuvo marcada por ideologías, ideales, arte y admiración mutua. Foto: Cortesía / Fundación Guayasamín

Pie de foto: La amistad de aproximadamente 40 años entre el maestro Guayasamín y el Comandante Castro estuvo marcada por ideologías, ideales, arte y admiración mutua. Foto: Cortesía / Fundación Guayasamín

Pie de foto: La amistad de aproximadamente 40 años entre el maestro Guayasamín y el Comandante Castro estuvo marcada por ideologías, ideales, arte y admiración mutua. Foto: Cortesía / Fundación Guayasamín

Pie de foto: La amistad de aproximadamente 40 años entre el maestro Guayasamín y el Comandante Castro estuvo marcada por ideologías, ideales, arte y admiración mutua. Foto: Cortesía / Fundación Guayasamín

Pie de foto: La amistad de aproximadamente 40 años entre el maestro Guayasamín y el Comandante Castro estuvo marcada por ideologías, ideales, arte y admiración mutua. Foto: Cortesía / Fundación Guayasamín

Pie de foto: La amistad de aproximadamente 40 años entre el maestro Guayasamín y el Comandante Castro estuvo marcada por ideologías, ideales, arte y admiración mutua. Foto: Cortesía / Fundación Guayasamín

Pie de foto: La amistad de aproximadamente 40 años entre el maestro Guayasamín y el Comandante Castro estuvo marcada por ideologías, ideales, arte y admiración mutua. Foto: Cortesía / Fundación Guayasamín

Pie de foto: La amistad de aproximadamente 40 años entre el maestro Guayasamín y el Comandante Castro estuvo marcada por ideologías, ideales, arte y admiración mutua. Foto: Cortesía / Fundación Guayasamín

Pie de foto: La amistad de aproximadamente 40 años entre el maestro Guayasamín y el Comandante Castro estuvo marcada por ideologías, ideales, arte y admiración mutua. Foto: Cortesía / Fundación Guayasamín

Pablo Guayasamín hijo mayor del maestro Oswaldo Guayasamín se llena de emoción y nostalgia al recordar la amistad entre su padre y el Comandante Fidel Castro. En su memoria guarda recuerdos de una amistad profunda entre ambos personajes, amistad que inició con el deseo del artista de hacer un retrato del Comandante y que se hizo realidad en el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP).

En el momento en que se encontraron se identificaron por sus ideologías y la oposición de la explotación del hombre por el hombre, recordó don Pablo. El Comandante vio en Guayasamín “la sinceridad, vio a un maestro de las artes”.

“Si hubo influencias, las influencias fueron mutuas. Si no hubo influencias, lo que hubo fue un acuerdo de pensamientos. Se encontraron dos hombres, a mi manera de pensar, grandes. El Comandante con la revolución y mi padre con su revolución en la plástica que lo ha llevado a convertirse en uno de los grandes pintores de nuestro continente y del mundo”, dice Pablo Guayasamín al referirse a la amistad de estos dos grandes personajes del Siglo XX.

Tuvieron más de 40 años amistad. En las últimas dos décadas, la Fundación Guayasamín ha organizado los cumpleaños del Comandante en cuatro ocasiones (cada cinco años). Para Pablo Guayasamín, la amistad ha incluido a toda la familia que siempre encuentra un “pretexto” para estar en Cuba.

El Comandante donó una casa en la Habana Vieja a la Fundación Guayasamín, propuso en la décimo tercera reunión de presidentes de Iberoamérica realizado en La Habana que se declare a Guayasamín pintor de Iberoamérica. Además, en cumplimiento de una promesa que le hizo al Maestro, estuvo presente en la inauguración de la Capilla del Hombre de la Fudación Guayasamín en el 2002, en Quito, en una visita no oficial.