Alguien debe representar al mal durante el Viernes Santo en Alangasí. Y para eso están los diablos que encarnan el caos y el mal.
20 abril 2014.
Son 22 diablillos que aparecen todos los Viernes Santos y se burlan de Jesús en el Vía Crucis. Liberan los pecados del mundo con bromas y portan botellas con licor, tabacos, revis- tas pornográficas, drogas... Incitan a los fieles a pecar durante la procesión y en las posteriores misas. Cuando muere Cristo, los ‘diablos’ se toman la iglesia y el pueblo de Alangasí. Ellos representan a la maldad en todo el mundo y desatan el caos.
Son personas que heredan una tradición que pasa de generación en generación. Cuando el sacerdote pronuncia el Sábado de Gloria, en la misa en la que bendice el fuego y entra a la iglesia con el cirio pascual encendido, “Gloria, gloria, el Señor resucitó” los ‘diablos’ salen despavoridos de la iglesia y se refugian en las tinieblas. Es la señal de que el bien ha triunfado sobre el mal, pero el mal sigue escondido en la oscuridad. La creatividad en sus trajes y en sus máscaras es el plus de cada personaje. Una máscara puede llegar a pesar 10 libras y su fabricación puede tomar unos seis meses. Algunas son adornadas con dientes de animales, cuernos de vaca y carnero. El Domingo de Pascua desaparecen, mientras se realiza simbólicamente el levantamiento del velo a la Virgen María y muere ahorcado un ‘diablo’ de trapo en el centro del parque de Alangasí.
Fotos y Texto: Paúl Rivas
paulrivas@elcomercio.com