Un capítulo pro nazi que ha sido ignorado

Documentos que se han hecho públicos hablan de una sorprendente relación entre el Ecuador con la Alemania nazi. Un debate sobre el tema está pendiente.

09 febrero 2014.

El Ecuador pudo haber tenido una relación mucho más cercana al nacismo alemán de lo que la historia oficial ha dicho. Esta aparente empatía se revela en un estudio histórico recientemente publicado en el que, entre otras cosas, se dice que en la segunda mitad de los años 30 del siglo pasado, el Ecuador pudo haber recibido incluso créditos de la Alemania nazi respaldados por fondos secuestrados a judíos que habían huido de ese país.

La revelación surge de una serie de documentos históricos recopilados en una publicación hecha por Francisco Núñez del Arco que, sin duda, abre el debate sobre si ciertos hechos que pueden resultar vergonzosos deben ser investigados. Estos documentos, de los cuales algunos reposan en los archivos de la Cancillería, incluyen una correspondencia entre los gobiernos ecuatorianos anteriores a la Segunda Guerra Mundial con el gobierno alemán, y hablan de la entrega de créditos para el Gobierno ecuatoriano, que podrían haber alcanzado los USD 34 millones al cambio actual.

Se trata, sin duda, de evidencias de una relación que ha sido prácticamente ignorada por la historiografía ecuatoriana y que suscitan un ineludible debate ético. ¿El Estado ecuatoriano fue cómplice de un episodio ignominioso como la persecución a los judíos al aceptar esos fondos del Gobierno alemán?

La investigación de Núñez, que no oculta cierta simpatía por el alineamiento ecuatoriano con el Tercer Reich, incluye hechos como un Decreto ordenando la expulsión de los judíos del Ecuador por parte del gobierno del general Alberto Enríquez Gallo, hoy figura reverenciada por muchos sectores de la llamada izquierda. La publicación revela además correspondencia oficial de figuras históricas como la del entonces canciller Julio Tobar Donoso, con inequívocas muestras de antisemitismo. Los créditos de los que habla la investigación se negociaron entre 1936, 1937 y 1938 y fueron en spermarks -papeles emitidos por el Gobierno alemán de entonces- sobre cuentas bloquedas de judíos alemanes que habían tenido que salir de su país.

Uno de los créditos fue otorgado para la construcción del ferrocarril entre Quito y Esmeraldas, del cual solo se construyeron 10 kilómetros. La mayor parte del crédito se habría dilapidado por parte de la empresa constructora llamada Scoponi, dice el investigador.

Esta correspondencia diplomática habla en diciembre de 1937 de otro crédito por 250 000 spermarks para la Caja del Seguro de Empleados y Obreros. Otro de los préstamos aparece para la compra de implementos agrícolas. El autor calcula que los préstamos alcanzaron, en total, USD 2 millones de entonces, que calculados al valor actual representarían cerca de USD 34 millones .

Según la investigación, estos papeles eran depositados en una cuenta especial a nombre del Gobierno del Ecuador en el Banco Alemán de Divisas en Berlín, desde donde se realizaban las operaciones de compra de insumos y demás relacionados. También eran negociados no oficialmente en bolsas europeas, como la de Ámsterdam.

¿El Ecuador recibió entonces dinero robado por los nazis a los judíos? La simple idea resulta escalofriante y plantea irremediablemente el debate sobre si se debe revisar la historia ecuatoriana de ese período.

Esta supuesta cercanía ideológica entre Ecuador y la Alemania nazi aparece también en una circular de la Cancillería de diciembre de 1938, firmada por el entonces canciller Julio Tobar Donoso y dirigida a un cónsul en Europa, en la que pide que no se otorgue visado a los judíos a no ser que lleven consigo USD 5 000.

En la circular, que tiene cinco páginas y que está clasificada como confidencial, se dice al cónsul que “no puede pasar desapercibido a usted el hecho indiscutible de que el judío, por tradición, por temperamento y por constitución biológica, es reacio a las labores del campo y aun a la actividad industrial. Es comerciante; y en este campo haría gravísima competencia al elemento nacional”.

En otro párrafo sostiene que “por el porvenir étnico, económico y moral de la Nación, recomiendo a usted tomar todas las precauciones posibles y la máxima escrupulosidad, al visar el pasaporte de un extranjero que perteneciere a esta raza”. Para el historiador Carlos Landázuri es indudable que quienes han escrito la historia del Ecuador lo han hecho desde la óptica de los vencedores y que por eso han preferido ver para otro lado en este tema. Es claro, sostiene, que había un fuerte nazismo y una gran simpatía con la Alemania de entonces lo que se explica, entre otras cosas, por las características racistas de ciertos sectores de la sociedad ecuatoriana que también tenían una idea sobre la supremacía de los blancos. El antisemitismo, sostiene, era un sentimiento muy fuerte en la Europa de entonces y por herencia se transmitió a la América hispana. Ese antisemitismo incluso tenía ciertas raíces religiosas, pues para muchos católicos de aquella época los judíos seguían siendo los culpables de la muerte de Jesús.

Según Landázuri es necesario investigar la historia. Sin embargo, dice que estos hechos deben ser analizados desde una perspectiva que tome en cuenta las circunstancias que se vivían en ese tiempo. En aquella época, sostiene, no había mayor idea de los horrores que significaría para la humanidad el régimen de Hitler, a quien se lo veía como un gran líder capaz de organizar a una Alemania que había sido humillada en la Primera Guerra Mundial. Además, Alemania como potencia industrial ejercía gran fascinación en ciertos sectores sociales y por extensión en los gobiernos.

Pero hay visiones distintas sobre el tema. Alex Schlenker, cineasta e investigador del tema, tiene dudas de que el Ecuador de entonces no haya sabido ya sobre la persecución a los judíos que los nazis comenzaron a hacerla de forma sistemática desde 1936. Le luce extraño que esas noticias no hubieran llegado al Ecuador cuando ya había comunicaciones avanzadas. Schlenker piensa que la historiografía debe hurgar en este tema pues es necesario para toda sociedad identificar la matriz de los comportamientos colectivos que se perpetúan y que de hecho se han perpetuado en el Ecuador, como el segregamiento y la marginación.

“Hay que mirar esa historia y decir qué pasó, incluso para curar heridas”, sostiene Schlenker.

Martín Pallares. Editor
mpallares@elcomercio.com

“El judío, por tradición, por temperamento y por constitución biológica, es reacio a las labores del campo...”
Julio Tobar Donoso
Canciller ecuatoriano 1938

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