Sonríe te filmamos para que seamos felices

‘The Circle’ es una novela de ideas. Trata sobre la construcción y deconstrucción social de la ­privacidad y de la democracia.

23 febrero 2014.

L a sensación de seguridad y de protección que se produce cuando se aborda un taxi en Quito con cámaras que están filmando es profundamente paradójica. La paradoja consiste en que, por un lado, uno admite la odiosa y violenta idea de que alguien nos mire y filme sin consentimiento, a cambio de la certeza de que ese alguien nos va a proteger de la inseguridad. Sensación más o menos paradójica como la que se produce cuando se ingresa en un establecimiento y se lee el letrero que dice: “Sonría, lo estamos filmando”. Paradójico porque quienes nos filman no quieren nuestras sonrisas sino informarnos que nos filman sin nuestro consentimiento a cambio de seguridad y confianza.

Es en ese concepto de intercambio, según el cual sacrificamos nuestra privacidad a cambio de que alguien nos brinde seguridad, que está el meollo de ‘The Circle’. ‘The Circle’ o (El Círculo) es la última novela del ‘enfant terrible’ de las letras estadounidenses, Dave Eggers. El libro, que aún no ha sido traducido al español, en menos de un año se ha convertido en el texto fundamental sobre lo que puede llegar a ser la vida en una era que nos compete: la digital. A ‘The Circle’ se la podría considerar una novela distópica, porque plantea la ficción de un futuro aterrador, donde la privacidad de los ciudadanos pasa a ser el “commodity” de una megacorporación de redes sociales en algún lugar de la costa oeste de EE.UU. Pero la poderosa pluma de Eggers no lleva al lector a una distopia, más bien plantea un mundo maravilloso y feliz, donde lo ecológico, lo reciclable y políticamente correcto gobiernan la conducta de ciudadanos que admiten ser espiados en bien de esa felicidad. Si no es una distopia es, en el mejor de los casos, una utopía siniestra donde, en un mundo feliz, los fundamentos de la democracia y de la identidad de las personas se destruyen cuando una corporación de redes sociales se apropia de la privacidad con el fin de construir la vida perfecta.

La novela toma el nombre de The Circle, una empresa imaginaria que se llama así y que parece ser la conjunción de Facebook, Twitter, YouTube, Amazon e Instagram. Es a esa corporación, la más grande y más exitosa de la Internet, a la que llega a trabajar Mae, la protagonista. Mae es una joven que ha salido de una gris y triste empresa de servicios públicos e ingresa a The Circle, donde queda absolutamente fascinada por sus condiciones de trabajo. En poco tiempo, Mae se ve atrapada y completamente alineada con la filosofía de The Circle que, básicamente, se resume en la noción de que la privacidad es la enemiga de la transparencia y que sin transparencia no puede haber un mundo feliz. “Sharing is caring”, lo que podría traducirse como “compartir es cuidar”, es el lema o más bien el mantra de los fundadores de la empresa a los que Eggers ubica como “los tres hombres sabios”.

Conforme Mae va escalando posiciones en The Circle, su involucramiento con los proyectos de los tres hombres sabios se hace más intenso. Entre esos proyectos está el de colocar cámaras en todo el mundo, en cada sitio donde los usuarios de The Circle se encuentren. Eggers hace un resumen de la filosofía de esta inmensa corporación en una conversación que Mae sostiene con uno de los “tres hombres sabios”. El personaje le explica que el comportamiento humano mejorará cuando todos y cada uno actúen como si tuviesen una cámara filmándolos. “¿Qué tal si todos nos comportásemos como si estuviésemos siendo vistos? Eso nos llevaría a una forma más moral de vida. ¿Quién haría algo inmoral o no ético si estuviese siendo visto?”, reflexiona el hombre sabio.

Eggers es un conocido rebelde del mundo digital y un militante del mundo analógico. No tiene página de Facebook ni cuenta de Twitter. La trama de la novela llega a su momento más intenso cuando The Circle, por inspiración de Mae, llega a concebir su proyecto estrella: Demoxie. Se trata de una nueva forma de democracia, en la que los votos y la elección de legisladores es reemplazada por un sistema de encuestas hechas en línea. Algo así como con botones de ‘like’, como los de Facebook- Si todos los habitantes del país que Eggers se imagina son usuarios de The Circle, entonces cualquier decisión podría consultarse en cuestión de segundos. Aprobar una ley o incluso entrar en guerra es una decisión que ya no requeriría de la intervención de los políticos. “Podríamos eliminar las elecciones e incluso podríamos eliminar el Congreso”, dice uno de los hombres sabios.

‘The Circle’ es, sin duda, “una novela de ideas”, como sostiene Margareth Atwood en el New York Review of Books. Y la idea es la construcción y deconstrucción social de la privacidad y sobre al incremento de la propiedad corporativa de la privacidad y de los efectos que esa propiedad puede tener en la naturaleza misma de la democracia occidental. ‘The Circle’ trae también a la mente inevitablemente la comparación con ‘1984’, de George Orwell, donde se plantea la ficción de una sociedad controlada por el Estado a través del Gran Hermano. Por eso, Betsy Morais hizo la analogía en The New Yorker con el clásico de Orwell. El crítico de libros del New York Times, Michiko Kakutami, también hizo la misma comparación. Sostiene que en ‘The Circle’ el Gran Hermano de ‘1984’ de Orwell no es el Estado sino una empresa privada, al estilo de Facebook.Al final, el autor querrá que el lector de su obra se rebele ante la renuncia a la privacidad. Y es probable que lo logre.

Martín Pallares. Editor
mpallares@elcomercio.com

Dave Eggers
Activista incansable Dave Eggers nació en 1970 y ha publicado 10 libros. El primero que fue aclamado fue una crónica semificti­cia en la que contaba su lucha por criar a su hermano menor luego de la muerte de sus padres. Entonces ya era muy activo en el mundo subterráneo de las tiras cómicas y de revistas marginales. Entre sus últimos y más famosos libros está ‘Zeitung’, que narra periodísticamente la vida de un migrante sirio durante el huracán Katrina, y ‘Un holograma para el rey’. Es fundador de la editorial MacSweeney y de una cadena de librerías donde escritores enseñan a escribir a los niños.

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