Ibarra, capital de Imbabura, se creó en 1606 con el propósito de alcanzar el mar y construir un puerto. Consiguió llegar al mar en el 2002.
23 marzo 2014.
Ibarra se fundó el 28 de septiembre de 1606 con un propósito: ser la villa para alcanzar un puerto y el soñado mar. Un anhelo que en la Colonia parecía una utopía. Sin embargo, tras superar varios problemas -falta de recursos, sobre todo- recién el 30 de septiembre del 2002, el presidente Gustavo Noboa inauguró la vía Ibarra-San Lorenzo: 170 km, hoy de primer orden.
Adolfo Correa, autor del libro ‘Ibarra y el mar’, dijo que el expresidente Jaime Roldós, en 1979, dio el primer impulso. Roldós y la Cámara de Representantes, presidida por Assad Bucaram, concedieron los iniciales 500 millones de sucres, utilizados en cinco tramos, entre San Lorenzo-Salinas. “En 1983 -explicó Correa- la ejecución se frenó porque cada año no se aprovecharon los recursos, asignados en el presupuesto general del Estado”.
Ya en el 2001, Noboa retomó la obra que culminó con un festejo en el pueblo selvático de Lita (Imbabura), luego de 23 años de esfuerzos. Una vez concluida la Ibarra-San Lorenzo hubo el acceso directo a la anhelada playa de Las Peñas, por la ruta Marginal de la Costa, partiendo de la parroquia Calderón (cantón San Lorenzo). Ahora, Las Peñas es una parroquia vibrante de 2 222 habitantes. Ofrece cabañas y hoteles para los turistas de Imbabura, Carchi, Ipiales y Pasto (sur de Colombia). Uno de ellos es el María José (tres pisos, más de 90 habitaciones, del ibarreño José Guerrero).
Ibarra pudo al fin disfrutar de las cálidas aguas del Pacífico, ya buscadas por su fundador, el español Cristóbal de Troya, después de 396 años de espera (1606-2002). El mismo De Troya organizó una expedición -en 1607- para hallar la salida al mar y analizar la construcción de un puerto eficaz, reclamado por la Real Audiencia de Quito, que lo acercara a Panamá sin dar la extensa vuelta (15 días) hacia Guayaquil. El sitio ideal para el puerto era San Lorenzo y su bahía El Pailón. Esto explicó Juan Carlos Morales, periodista y escritor ibarreño.
Consuelo Terán de Suárez administra la heladería ‘Rosalía Suárez’ (fundada en 1896). Dijo que los ibarreños, en los sesenta, demoraban 16 horas en ir al mar por Quito (seis horas por una vía de piedra a la capital y diez hasta Esmeraldas). “En los cincuenta yo vivía en la av. Mariano Acosta y vi cómo tendían los primeros rieles del tren que al fin llegó a San Lorenzo, en 1957, en el gobierno del presidente Camilo Ponce”.
Terán añadió que el tren sirvió para extraer productos de la selvática Esmeraldas (yuca, frutas y madera) antes que para el turismo, como hoy. La llegada del tren, sin embargo, no significó un impulso para el anhelo de tener el puerto en El Pailón. El obispo Federico González Suárez fue uno de los visionarios en buscar la salida al mar. Leonidas Batallas, en el libro ‘Federico González Suárez. Apuntes para su biografía”, escribió que por el decreto de 6 de febrero de 1896, el general Eloy Alfaro, como jefe supremo de la República, ordenó que el camino de Ibarra a Esmeraldas se construyese bajo la dirección de una Junta, presidida por González Suárez.
El Obispo, al instalar la Junta, reconoció que “ninguna obra me parece tan conveniente para levantar a estas comarcas de Imbabura y del Carchi de la postración en que yacen, como la apertura del camino al puerto de San Lorenzo en la bahía del Pailón”. González envío una carta a Eloy Alfaro en la que pidió -con urgencia- construir primero un buen camino entre Ibarra y Quito, pues sin este la vía al Pailón servirá de muy poco. El religioso reconoció que Quito es la gran plaza para el mercado de Imbabura.
Batallas relató que por diversas circunstancias se optó por construir primero el tren. El puerto inconcluso El ingeniero agrónomo Miguel Madera es otro de los pioneros de la salida al mar y tener el puerto. Sus razones:el Canal Bolívar, en San Lorenzo, alcanza 20 metros de profundidad y 13 km de largo. De allí, los navíos hubiesen llegado a Panamá en 524 millas náuticas. El destino: mediante trasbordos -con barcos acoderados en el Atlántico- surcar hasta España llevando oro, plata, tejidos, tagua... En un café, de una casona arcaica del parque Pedro Moncayo, Madera mostró documentos. Uno de los más importantes: en 1958, el Congreso aprobó una ley, publicada en el Registro Oficial N. 711, de 9 de enero de 1959, por la cual se perfilaba la vía Interoceánica San Lorenzo - Manaos.
Brasil declaraba a Manaos zona franca a favor de Ecuador y el primer país salía al Pacífico. Adolfo Correa apuntaló la idea del eje vial San Lorenzo-Manaos: 340 km de carretera entre San Lorenzo-Ibarra- Puerto El Carmen (Putumayo); de allí 800 millas fluviales hasta Manaos. “En cambio, de Manta a Manaos, 640 km de tramo motorizado”. Madera habló de una larga lista de estudios, en especial del Gobierno británico. Entre 1867 y 1886 ingresaban grandes vapores a San Lorenzo, la mayoría ingleses, que cargaban hasta 90 000 t de tagua. Los ibarreños disfrutan del mar y de la rica gastronomía los fines de semana y en los feriados. Emplean tres horas para llegar a Las Peñas. No pierden la fe en que algún día tendrán el puerto en San Lorenzo.
Byron Rodríguez V. Editor
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